Me llamo Gabriel Berthélémy y nací en 1990. De pequeño me encantaba desmontar cosas, ver cómo funcionaban, cómo encajaban las piezas, cómo estaban organizadas. Siempre he querido indagar en el interior, tocar y ver para comprender.
Estudié arquitectura porque me encantaba dibujar y diseñar. Pero durante mis estudios descubrí que necesitaba trabajar los materiales con las manos. Tras reciclarme en metalistería, conocí a Flo Baroud, mi maestro herrero, que me transmitió su amor por la herrería y me introdujo en la cuchillería. Luego Flo me presentó al cuchillero David Lespect, que me formó en el cierre de forros y me transmitió su experiencia.
Forjo algunas de las hojas de mis cuchillos con acero de Damasco. En otros cuchillos, las fabrico mediante arranque de viruta. La forja es sensorial. El ojo detecta la temperatura adecuada, el sonido del yunque me dice si he dado en el punto correcto y mis manos conocen el ángulo adecuado para doblar la pieza en la dirección correcta. La búsqueda de la precisión mecánica también es muy importante para mí; poder pasar de la materia prima a ajustes muy precisos para lograr el equilibrio mecánico adecuado siempre es satisfactorio.
Siempre me ha gustado dibujar. Me encantan las artes gráficas y la fotografía, que me ayudan a explorar nuevas líneas y sugerir combinaciones de materiales, colores y texturas. El cuchillo permite una búsqueda constante entre ergonomía y volumen original.
Hay equilibrios gráficos en todo lo que nos rodea; depende de nosotros encontrarlos, destacarlos y apreciar su infinitud.
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