Nuestros primeros pasos en el mundo de la cuchillería comienzan a muy temprana edad, ya con antecedentes familiares, habiendo crecido en una barbería y entre una colección de cuchillos y navajas, compartiendo experiencias, descubriendo y creciendo nuestro interés por los filos.
Tras ver de cerca el mundo de las herramientas de corte y con la personalidad creativa que desde niños nos unió, nos dimos cuenta del potencial personal que podíamos tener a la hora de poder crear uno y, con los riesgos que ello implicaba, nos pusimos manos a la obra.
Ese fue el inicio de Wayward Cutlery y todavía no nos habíamos dado cuenta, un simple paso en el mundo de los aceros, del cual no éramos conscientes de lo que se podía llegar a convertir.
Por ello, creamos el primer cuchillo en 2015, con el que nos dimos cuenta de que necesitábamos aprender e informarnos mucho acerca de este oficio. No era más que un simple retal de acero con forma de cuchillo, pero eso nos valía para coger motivación, aprender de nuestro primer prototipo y poder perfeccionar el siguiente, y así hasta el día de hoy (con más cuchillos clavados en un tronco de los que pudo contar con una mano).
Hoy día, Wayward Cutlery es la forma de desconexión de dos jóvenes artesanos valencianos, los cuales diseñan, producen, fabrican y distribuyen sus propios cuchillos sin intermediarios de por medio. Diseño propio y personalizado 100% artesanal y único, es nuestro modo de expresar nuestro arte y nuestras emociones.
Actualmente trabajamos con acero 80CrV2 con una dureza de 61HRC, y para las empuñaduras disponemos de distintos tipos de Micarta, G10, fibra de carbono y algunos materiales naturales como maderas o asta de ciervo entre otros. Nuestro estilo de cuchillos es algo variado, ofreciendo modelos más adecuados para EDC, otros destinados a Bushcraft, Caza, tácticos y muchos estilos más.
Si hay algo que caracteriza a Wayward Cutlery es la atención a los detalles y la meticulosa elaboración de cada uno de los procesos. Dedicando constancia, disciplina y voluntad a todos y cada uno de nuestros trabajos.
Hacemos filos por gusto y placer, por ello disfrutamos de cada uno, haciéndonos a la idea de que tiene alma propia que lo hace tan especial y único, transmitiendo ese carácter a quien lo empuña y siente que tiene algo único y especial.
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